Una copia de la carta fue enviada al arzobispo, monseñor Mario Antonio Cargnello.

El texto afirma que equiparar la unión de personas del mismo sexo con el matrimonio resulta “incompatible con el orden legal vigente en nuestro país que solo reconoce el matrimonio entre el varón y la mujer”. “Pero a la vista de lo sucedido anteriormente en las ciudades de Buenos Aires y de Ushuaia y de lo que se anuncia en Salta, resulta evidente que, desde ciertos sectores, se está poniendo en marcha un verdadero programa de acción para favorecer un cambio radical de nuestra legislación civil a los efectos de equiparar la unión de personas del mismo sexo con el matrimonio”, advierte. Asimismo, recuerda que “ninguna disposición legal puede legítimamente desconocer o modificar la esencia del matrimonio, una institución de derecho natural. En efecto, la ley no puede contradecir la recta razón sin perder la fuerza de obligar en conciencia dado que su legitimidad le viene de ser conforme con la ley moral natural que la recta razón, precisamente, puede conocer”. La carta señala asimismo que “las leyes favorables a las uniones homosexuales son contrarias a la recta razón porque les confieren garantías jurídicas análogas a las de la institución matrimonial. Y al colocar así a la unión homosexual en un plano jurídico análogo al del matrimonio o la familia, el Estado actúa arbitrariamente y entra en contradicción con sus propios deberes”. “La equiparación jurídica de la unión de personas del mismo sexo con el matrimonio ofende, por lo tanto, la dignidad del matrimonio, perjudica claramente el bien común y socava en sus fundamentos a la ‘familia que es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado’", prosigue el texto.