Los homosexuales están en su derecho de “ejercer su sexualidad como lo prefieran, al fin y al cabo es su elección, aunque moralmente no se acepte; pero en donde los perredistas y los petistas han perdido el sentido común es en la posibilidad que les confieren a aquéllos para que adopten”.
En el documento se afirma que se afectarían los derechos de los niños, ya que viven realidades complejas, por lo que tener como padres a una pareja homosexual “destruye la identidad del púber, que antes de decidir su preferencia sexual ya está manipulada en su intención”.
Y aseveró: “De verdad que esos legisladores necesitan acudir a un buen siquiatra. Padecen problemas muy serios. La cuestión es que tienen poder para convertir en leyes sus esquizofrenias, y las envuelven en atractiva y supuesta tolerancia, lo cual es muy redituable para que, a los que no estamos de acuerdo en que parejas de homosexuales adopten niños, se nos llame intolerantes y retrógradas, y hasta inhumanos”.
Cabe mencionar que la semana anterior en la misma publicación se había enfatizado que la iniciativa en el Distrito Federal que aprueba los matrimonios homosexuales se origina de un “afán protagónico, envuelto de tolerancia, y la expresión de conflictos internos de carácter personal”.
Sin embargo, se dejó en claro que los homosexuales “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza, y se debe evitar, hacia ellos, todo signo de discriminación injusta”, pero que estas uniones “son incapaces de alcanzar los fines que dieron origen al matrimonio”.