Así surge de un sondeo realizado por LA NACION durante las últimas dos semanas, entre los 72 miembros de la Cámara alta,qque arrojó 29 votos a favor, 28 en contra y una senadora -Laura Montero (UCR-Mendoza)- que ya adelantó su abstención.
Entonces, la definición quedaría en manos de los 14 legisladores que pidieron tiempo para estudiar el proyecto aprobado por Diputados.
Este último es el caso de muchos de los que buscaron así evitar las presiones que ya se palpan en los despachos de la Cámara alta por parte de organizaciones que apoyan o que rechazan la medida.
Estos números impiden anticipar cualquier tipo de resultado. Sin embargo, hay algunas cuestiones que parecen ir tomando cuerpo.
Al menos dos de los votos positivos (Graciela Di Perna y Fabio Biancalani) y otros tantos de los indecisos (José Pampuro y Emilio Rached) expresaron su rechazo a permitir la adopción a parejas gays.
Esto podría derivar en modificaciones al proyecto, lo que obligaría a su tratamiento en segunda revisión en la Cámara baja.
También existe una fuerte corriente de opinión para avanzar con la unión civil, entre los senadores que rechazan el matrimonio gay. Esta opción es la que podría conseguir dictamen de mayoría en la Comisión de Legislación General, en la que hay una fuerte presencia de detractores de la medida.
La otra cara de la moneda es la presión política que, al menos en el oficialismo, podría ejercer una Casa Rosada interesada en ver sancionado el proyecto que aprobó Diputados. Esto podría derivar en el cambio de votos de algunos senadores que, por el momento, rechazan el proyecto o, en su defecto, su salida del recinto a la hora de votar para evitar así que la iniciativa sufra modificaciones.
Una de las características del debate que se avecina es que cuenta con el respaldo de todos los jefes de bloque. De hecho, Miguel Pichetto (FPV-Río negro) y Gerardo Morales (UCR-Jujuy) se mostraron interesados en acelerar la discusión.
Hacia el interior de sus bloques las opiniones están divididas. En el oficialismo 15 senadores adelantaron su voto positivo, 11 dijeron que lo harán en contra y seis se manifestaron indecisos o mantuvieron en reserva su decisión.
El panorama se presenta más complicado en la UCR. De sus 17 miembros (contando al Frente Cívico y Social de Catamarca), más de la mitad (9) adelantó su rechazo, mientras que cinco lo apoyaron. Dos prefirieron postergar una definición y la restante se abstendrá.
También hay una fuerte resistencia en el peronismo disidente. Si bien no funcionan como un bloque único, de los 13 legisladores de esa extracción tan sólo dos dijeron apoyarlo. Del resto, seis lo rechazaron y cinco se mostraron indecisos.
El análisis del voto por provincias también arroja algunos datos curiosos. Así, la Capital es el único distrito en el que todos sus representantes apoyan el matrimonio gay.
Como contrapartida, tres provincias tienen a sus representantes en contra del proyecto aprobado por la Cámara baja. Ellas son San Juan, Salta y Formosa, en las que coincidieron kirchneristas, peronistas disidentes y radicales.
Un tercer caso que merece ser destacado es Mendoza, en el que se registran las tres opciones posibles. Esto es así porque el radical Ernesto Sanz dijo estar a favor, su correligionaria Laura Montero se inclinó por la abstención y el kirchnerista Adolfo Bermejo se manifestó en contra de la iniciativa.
En tanto, la Comisión de Legislación General se presenta como uno de los escollos más difíciles de superar en el Senado ya que, al menos 10 de sus 15 miembros, rechazarían el proyecto. Este escenario podría derivar en un dictamen de mayoría con severas modificaciones al texto que sancionó la Cámara baja