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Curas y monjas que se ponen de parte de José Bono

, Posted by Coalition International Presence at 19:42


ESPAÑA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) El Padre Ángel fue el primero en dar la cara por José Bono, al que la Conferencia episcopal acaba de recordarle, una vez más, que no puede comulgar por haber aprobado la ley del aborto. El fundador y presidente de Mensajeros de la Paz dijo en Religión Digital que "la Iglesia no debería tener a Bono como diana sino como bandera".


Pero hay más, muchos más. Y para muestra otros tres botones: el teólogo jesuita Pedro Miguel Lamet, el párroco de Vallecas Jesús María Urío, y la monja dominica catalana Lucía Caram.
En su blog de 21rs, el escritor jesuita Pedro Miguel Lamet asegura que "al leer los detalles de la polémica suscitada por tu postura, libre y en conciencia, como cristiano ante el tema de la ley del aborto, he sentido indignación y pena". Además, acusa a la Conferencia episcopal de someter a "linchamiento" al presidente del Congreso de los Diputados.
Lamet asegura que los obispos mantienen con Bono una actitud "discriminadora e injusta". Y lo explica: "Pecados de capitalismo salvaje, corrupción política, exterminios como el de Pinochet o Videla, consentimiento de anteriores leyes del aborto por gobernantes del PP, escándalos como los de Berlusconi, regalías y abusos de poder como los de Franco y miles de asesinatos de Estado no han provocado la negación de la comunión a ninguno de sus autores".
¿Por qué esta clara discriminación? A juicio del jesuita porque Bono dijo "en público lo que piensa, pues en la Iglesia, si te callas, puedes hacer casi todo, pero si lo publicas te destruyen".
El padre Lamet concluye proclamando abiertamente su postura y su decisión contraria a la de los obispos. "Pues bien, Pepe, aquí tienes otro cura ( creo que también te lo ha dicho el padre Ángel) que no te va a negar nunca la comunión. Entre otras razones porque no se la voy a negar a nadie nunca. Porque el que se acerca a la Eucaristía es responsable de lo que hace ante Dios y ante sí mismo y, para mí, la Iglesia nunca será una guardería de adultos, ni un castillo inexpugnable, ni una casa de comidas con derecho de admisión, ni un tribunal de orden público, sino una plaza de encuentro, amor y diálogo para todos. Y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra".
Por su parte, el párroco de Vallecas, José María Urío califica, en su blog de 21rs, a José Bono de "una ‘rara avis', un alto funcionario del Estado, el tercero en el rango, que se proclama católico y que no tiene ningún reparo en confesar paladinamente su fe. Y en los tiempos que corren esa autoproclamación no supone decididamente ninguna ventaja política".
¿Por qué lo persiguen, entonces, los obispos? Y Urío adelanta dos razones. La primera "por la condición de católico confeso del político manchego y de su dimensión mediática. A los obispos no les gusta que nadie, en el seno de "su" Iglesia, ose poner en tela de juicio o contradecir su línea, (que ellos consideran pastoral, pero que es más bien político-propagandista), defender opiniones diferentes o, ¡atrevimiento inaudito!, discutir el alcance y la racionalidad de sus normas".
Y la segunda razón estriba, a su juicio, en que "los obispos no pueden tolerar (no tolerar = intolerante) que alguien esgrima el derecho de la conciencia contra el derecho positivo de la normativa eclesial".
Niega también Urío la tesis episcopal que convierte a Bono en "pecador público" por haber aprobado el aborto y, por lo tanto, según la CEE, le inhabilita para comulgar. "En el tema del aborto, el pecado moral es abortar, o colaborar, o aconsejar. No el legislar. Despenalizar no es recomendar ni mucho menos incitar, y menos todavía obligar, como hacía la legislación china, ésta sí verdaderamente abortista".
Y por lo tanto, tampoco se le puede negar la comunión, según el párroco madrileño. "El comulgante que se acerca a comulgar goza de la presunción de la buena intención, y de la idoneidad para recibir el sacramento. No habiendo actualmente en la Iglesia penitencia pública, no hay por qué suponer que el penitente no haya realizado privadamente los actos que se requieren para poder recibir el sacramento de la Comunión. Ésta sólo puede ser negada en el caso de la excomunión pública, ya que la pena consiste justamente en la publicidad, que sería previa a la denegación de la comunión. Por lo que ésta no supondría un perjuicio a la fama del comulgante, que ya estaría comprometida por la publicidad de la pena canónica de la excomunión".
Desde su blog de Religión Digital, la monja dominica Lucía Caram también defiende a Bono "por su coherencia y su sentido de justicia; su honestidad y transparencia, y por su fe fuertemente arraigada en su vida. A pesar de todo lo que se ha dicho, y de las piedras lapidarias que le tiraron en los últimos meses, condenándolo, sin escuchar sus razones y lo que su conciencia le exigía, continúo creyendo en su integridad. Y creo que es una persona que merece la pena ser escuchada, porque su discurso está siempre muy bien articulado, tiene argumentos de peso, y hace pensar: Es un hombre con visión y con capacidad de gobierno".
La religiosa dominica señala que incluso "en el controvertido tema del aborto, ha sido respetuoso, y me consta que ha dialogado y sigue dialogando, aún con aquellos que tiraron la piedra lapidaria, y no quisieron oír razones: las dio, las fundamentó; sufrió la condena y el menosprecio, y no dejó de sobrellevar con dignidad la situación en la que le pusieron. Su fe le llevó a dialogar y a buscar en conciencia lo que él veía como un mal menor y como la posibilidad de mejorar una situación lacerante. Podrán estar o no estar de acuerdo con él los diferentes sectores eclesiásticos, pero nunca se le podrá reprochar falta de transparencia, voluntad de aclarar, conciencia y rectitud moral".

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