MARRUECOS.-La ONG holandesa "Women on Waves" consiguió su propósito de impacto mediático al anunciar la llegada hoy a Marruecos del llamado "barco del aborto" que, sin embargo, llevaba ya varios días en el puerto de Marina Smir de Tetuán, en la costa mediterránea marroquí. Todo el mundo, desde el gobierno hasta los periodistas y las organizaciones islamistas, cayó en el engaño.

Al mediodía, la ONG aseguraba en su página web que Marruecos había prohibido la entrada al barco a sus aguas internacionales, e incluso afirmaba que "buques de guerra" habían bloqueado el puerto. Decenas de policías rodearon la entrada al puerto para impedir el acceso a los activistas pro aborto que iban a dar la bienvenida al barco, mientras que cientos de manifestantes contrarios, muchos de ellos islamistas, se congregaron coreando eslóganes como "Dejadlos nacer" o "Aborto, crimen contra la humanidad". "No necesitamos a gente que no es marroquí para luchar por nosotros. Esto es una provocación. Dejadnos en paz", explicaba la presidenta de la Asociación Karama para el desarrollo femenino, Wafa Andelkader, que llegó al puerto en una furgoneta junto un grupo de mujeres, todas con el velo en la cabeza.

Mientras las activistas intentaban distribuir, sin éxito, sus panfletos con información sobre el aborto, los manifestantes terminaron expulsándolas del lugar al grito de "largaos". "El objetivo es llamar la atención y concienciar del número de mujeres que mueren en Marruecos por abortos ilegales", comentaba Rebecca Gomperts, presidenta de "Women on Waves", quien criticó los "métodos insanos que se practican en este país". Según la Asociación Marroquí para la Lucha contra el aborto clandestino (AMLAC), en Marruecos se practican diariamente entre 600 y 800 casos de aborto clandestino, mientras que los abortos legales oscilan entre 20 y 40 casos.

Horas después, las activistas holandesas, que habían sido invitadas por la organización marroquí MALI (Movimiento Alternativo para las Libertades Individuales, conocido por sus campañas provocadoras en pro del laicismo) anunciaban para sorpresa de todos que el barco se encontraba anclado en el puerto. A última hora de la tarde, la Gendarmería Real obligó al barco, que ya había logrado estar en el foco durante toda la jornada, a salir del puerto y dirigirse a aguas internacionales, donde no se sabe cuáles serán sus próximos planes. "El barco del aborto", que lleva a cabo interrupciones del embarazo en aguas internacionales, incluso llegó a moverse de un embarcadero a otro, mostrando pancartas a favor del aborto, mientras los activistas que observaban la maniobra comenzaron a festejar el evento.

El barco de "Women on Waves", que fondea a 12 millas de las costas del país al que se desplaza, es una clínica ambulante en la que se realizan abortos en condiciones acordes con la ley holandesa, que permite esa práctica durante las 24 primeras semanas de gestación. Sin embargo, por motivos de seguridad, el barco-clínica solamente realiza la interrupción del embarazo a bordo hasta las 6 semanas y media de gestación y a través de una píldora abortiva. La llegada del barco holandés ya ha levantado una agria polémica en varios diarios, todos opuestos a sus actividades, que ni siquiera cuentan con el apoyo de AMLAC, la más activa de las organizaciones pro despenalización del aborto.

Su presidente, Chafik Chraibi, dijo a Efe que la visita del barco holandés se trata de "una provocación que no hará sino irritar a la opinión pública", aunque reconoció que la polémica suscitada por el barco ha tenido "una única virtud": volver a poner sobre la mesa el problema del aborto clandestino, castigado en Marruecos con penas de cárcel para el médico y la mujer abortante.

Por su parte, el ministerio marroquí de Sanidad hizo público ayer un comunicado en el que llamó a las autoridades competentes a hacer "lo necesario para velar por el cumplimiento de la ley". La ley marroquí sanciona con una pena entre uno y cinco años de cárcel y una multa al médico o cualquier persona que provoca el aborto, y entre seis meses y dos años de prisión a la paciente que aborte intencionadamente.

Se trata de la primera vez que el barco viaja a un país musulmán, con anterioridad, el recaló en Irlanda (2001), Polonia (2003), Portugal (donde el aborto fue legalizado en 2007) en 2004, y España (2008).